Trabajando con menor resistencia mental y mayor eficiencia
31 Jan. 2023 | Lectura de 7 minutos | Volver
Ciertamente la procrastinación y el "burnout" se han vuelto términos del día a día en las distintas áreas profesionales, sean marketing, desarrollo, management, entre otros, cada vez es nos encontramos con mayor dificultad para concentrarnos, y puede que todo venga de nuestro cerebro adicto a la dopamina de las redes sociales.
Explorando las ideas de Robert H. Lustig en el libro "The Hacking of the American Mind: The Science Behind the Corporate Takeover of Our Bodies and Brains", me encuentro con un dato bien particular e interesante aunque nada sorprendente: estamos siendo bombardeados permanentemente con dosis de dopamina, hasta el punto que no podemos dejar de pensar en cuándo será la siguiente dosis, propio de una adicción.
Cuando te encuentres haciendo "swipe" en una red social, sin ningún pensamiento específico "matando el tiempo" cuando se supone que deberías terminar cierto proyecto, estás en una situación de "resistencia mental" porque tu cerebro no quiere elegir el camino más difícil, sino quiere es su dosis de dopamina. Por eso es cada vez más y más difícil dejar el teléfono a un lado.
Dopamina y Serotonina
Cada vez que voy a comer un chocolate digo "dame mi dosis de serotonina" ya que se supone que te hace sentir mejor. Según Google: "El chocolate negro con un alto porcentaje de cacao manda señales para que el cerebro libere serotonina, así como endorfinas y dopamina, y de esta forma nos haga mejorar el humor y reducir el estrés.", pero resulta que hay una gran diferencia entre las dos.
La dopamina te genera placer pero construye la resistencia, lo que quiere decir que para poder sentir el efecto debes incrementar la dosis con el paso del tiempo. Parte de un mecanismo del cerebro para que no se destruyen las neuronas.
En cambio la serotonina, se la conoce como la hormona de la felicidad, ya que cuando aumentan sus niveles en los circuitos neuronales genera sensaciones de bienestar, relajación, satisfacción y aumenta la concentración y la autoestima.
Entonces una nos causa el estado de "felicidad" pero a su vez nos genera adicción, mientras la otra es la forma de la "felicidad" pero estabilizada y nos permite de hecho concentrarnos más.
El cerebro y el camino más fácil
Después de leer Never Finished de David Goggins, el comenta en sus diálogos internos como siempre su cerebro quiere ir por el lado más fácil, y esto aplica para todos. Para qué correr 10 kilómetros, si 9 están bien. Para qué conseguir ese trabajo extra que podría ayudar con nuestras deudas, si es parte de la vida tener deudas. Para qué leer ese libro completo, si puedo leer un resumen de 10 minutos. Para qué quiero terminar este informe tan rápido, puede esperar un par de horas de redes sociales y un café.
Al cerebro le encanta recibir información de manera simplificada que no requiera mucho esfuerzo para procesar, y ahí exactamente es donde comienzan los problemas.
Cada vez que queremos el camino más fácil, nuestra mente esta generando mayor resistencia para cualquier desafío, y luego llega el punto donde ya no queremos tomar desafíos sino que nos basta con "conformarnos" con lo que tenemos.
Construyendo fortaleza mental
Aunque hay gente que se lanza en tinas congeladas de agua para precisamente generar un estado de "incomodidad" (aunque este ejemplo es el más extremo que se me vino a la mente), el punto en el fondo de someter al cuerpo a eso es que la mente comience a tolerar precisamente la "incomodidad", la resistencia, el trabajo duro, correr 10 KM en el sol, o nada 400 M en una cantidad de tiempo.
Si comenzamos a entrenar nuestra mente a la incomodidad, buscaremos alejarnos de la dopamina constante (ej. redes sociales), poco a poco va a comenzar a bajar la resistencia mental por actividades más desafiantes y comienza a construirse una constancia. Al equilibrar los deseos e impulsos se comienza a desarrollar una sensación de satisfacción mucho más duradera si pasé mis últimos 15 minutos leyendo, en vez de viendo nuestro celular con la mente totalmente desconectada.
Ojo, no digo que darse un break de cuando en cuando y checar tus redes sociales sea algo malo, lo malo sería hacer eso todo el día, cada hora, y que básicamente cualquier otra cosa real que surja en tu día como trabajar o leer, se vuelva "un fastidio" para tu propio cerebro.
Mi experiencia
Primero, me permito ver redes sociales pocas veces al día. Trato de tener el Kindle o un Libro a mano para los momentos de relax, y si he puesto un par de horas sólidas de trabajo me permito un break para ver videos seguramente de gatos cocinando, o juegos retro. Esta es mi “recompensa” y va a durar 15 minutos máximo.
Poco a poco noté que esos 15 minutos a veces prefería pasarlos leyendo o escribiendo, lo cual fue un hallazgo interesante.
También me di cuenta que muchas veces, cuando tomo el teléfono para responder un mensaje, automáticamente mi dedo se mueve a X red social y ahí se fueron 5 minutos hasta que caigo en cuenta nuevamente. Un comportamiento completamente inconsciente, que me dió mucho que pensar sobre la programación neurolingüística que ya tiene mi mente y mis hábitos.
Construyendo Tolerancia
Para construir una tolerancia mental al esfuerzo, siempre trato de correr todos los días, con dos días de descanso a la semana, y de forzarme siempre a ir un poco más. Las endorfinas del ejercicio de verdad son invaluables y dan una dosis de tranquilidad mucho más estable a lo largo del día.
Para la tolerancia mental a la concentración, comencé hace unos años con retos de lectura en GoodReads que me ha servido para inspirarme en leer más, y tengo como meta leer como mínimo una o dos páginas al día. Luego de un tiempo avanzo mis lecturas más rápido y al ver que logro alcanzar las metas anuales se convierte en una mayor motivación.
No fue fácil, al principio me costó muchísimo forzar a mi mente a concentrarse en un par de páginas sin pensar en esa notificación en mi celular, o que nuevo video gracioso puedo compartirle a mi esposa por Instagram (sí, le envío muchos cada vez que tengo mi tiempo de redes sociales).
Poco a poco he ido sintiendo beneficios, especialmente en eso de dejar el teléfono en la mesa e ignorarlo lo más que puedo, por lo que me atreví a escribir estas líneas y recomendarlas a todos.
Te invito a comenzar una estrategia hoy en día para mejorar tu concentración y calidad de vida empezando a entrenar tu mente a disfrutar la "incomodidad" en búsqueda de nuevos retos en tu día a día.
Recuerda escribirme en LinkedIn donde podemos conectar y conversar al respecto.
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Acerca del Autor
Alex BarriosCuenta con más de 20 años de experiencia en distintos campos de las tecnologías de información. Con un sólido conocimiento en Desarrollo de Software y certificado experto en Seguridad Informática. Estudia budismo y meditación, y es un apasionado de la tecnología y la vida.