Todo lo hago con mi celular. ¡No puedo vivir sin él! Dependo de mi teléfono para absolutamente todo. No me sé el número de nadie de memoria y, a veces, ni siquiera puedo ir al baño sin llevarlo conmigo.

¿¡Qué me está pasando!? ¿Estoy adicta?

Sí, sin dudas lo estoy. 

Pero, ¿te has preguntado qué podrías hacer para soltar un poco el teléfono? Aquí te comparto algunas cosas que yo estoy intentando:


Restringe el tiempo de las apps que más te consumen

Hoy en día, la mayoría de los teléfonos permiten ver cuánto tiempo pasamos en cada aplicación. Y si no lo puedes revisar, probablemente ya intuyes cuáles son las culpables.


¿TikTok? ¿Instagram? ¿X? ¿YouTube?

Estas apps suelen devorarse nuestro tiempo sin que lo notemos. Prueba ponerles un límite. Por ejemplo, yo configuré 1 hora y media diaria para redes sociales (excepto WhatsApp y YouTube, que suelo usar para cosas más útiles).


Compra libros

¡Sí, lo sé! Suena muy vintage, pero nada reemplaza sentarse con un buen libro y una taza de café al lado.

Probé con versiones digitales, pero si la idea es alejarse de las pantallas… no hay nada como volver a lo básico.


Recupera tus viejos hobbies

¿Recuerdas qué hacías antes para no aburrirte? Tal vez dibujabas, cantabas o jugabas cartas con tu familia. Intenta volver a esas actividades que te hacían bien.

Y si no te funcionan, nunca es tarde para descubrir una nueva pasión.


Sal a caminar y deja el celular en casa

Parece fácil, pero cuesta. Salir a tomar aire, recibir un poco de sol, moverte… te hará bien. Créeme: el mundo no se va a acabar si dejas el teléfono en casa durante 20 minutos.


Déjalo en otra habitación

Un truco simple que a veces cuesta más de lo que parece. Déjalo cargando en otro cuarto y concéntrate en lo que estés haciendo. Lo importante es olvidarte de él, aunque sea por un rato.


¿Y tú? ¿También sientes que no sabes vivir sin tu teléfono?

Espero que estos pequeños pasos te ayuden, aunque sea un poquito. ✨

Foto de Becca Tapert en Unsplash